Hipoacusia bilateral profunda.
Hola, soy María Fernanda Becerra Quiroz, la mayoría de la gente me dice “Mafer” o “Fernanda”, tengo 32 años de edad y soy sorda. Mucho gusto.” Es la frase que MENOS vas a escuchar de mí, porque así no me presento como “soy sorda”.
¿Saben lo raro que es tener esa ‘discapacidad’ muy, pero en verdad muy común, que no tiene cura y que es más complicada que la chingada?
Tengo una condición a la que se le denomina: hipoacusia bilateral profunda. La hipoacusia es la pérdida parcial o total de la audición, lo bilateral quiere decir que es con ambos oídos y profunda quiere decir que tengo más de 90% de sordera.
¿Por qué tengo esa “discapacidad”?
No nací sorda. Me enfermé a los 3 meses de recién nacida, me dio bronconeumonía, se destruyeron las fibras nerviosas que están en el oído interno que se conectan con el centro auditivo en el cerebro. No tengo la capacidad de escuchar lo que me dice la gente.
Por ejemplo: Si una persona está detrás de mí y yo estoy de espaldas y me está hablando, ahí no sé qué me está diciendo, a pesar de que siento su voz gracias al aparato auditivo, sé que me está hablando pero hasta ahí. Por eso, tengo que ver de frente a la persona para poder leer los labios. Sí, sé leer los labios a la perfección aunque me hable la persona sin voz. Es mi única manera de comunicarme con la gente.
Aún así, mi infancia se puede considerar como normal. No les miento, fue muy hermosa. En la escuela, mi promedio siempre fue bueno (desde primaria hasta la universidad; ya en la Maestría era otro rollo porque si saqué el mejor promedio que nunca había sacado), nunca tuve la necesidad de ‘machetear’, y pocas veces estudiaba pero amaba hacer las tareas. Recibía comentarios del estilo: “…Y eso que no escuchas, imagínate si escucharas bien, serías el doble de lo inteligente que eres” a los cuales nomás asentía con una sonrisa sin saber qué contestar, porque nunca supe definir si era un elogio o una crítica, aunque de todos modos nunca lo tomé a mal porque puede ser que sí o puede ser que no, uno no va a saber eso nunca.
Empecé a usar aparatos auditivos desde que era bebé; a los 6 años me operaron, me pusieron implante coclear biocanal del lado izquierdo porque tengo más de 95% de sordera, actualmente existen esos aparatos más innovadoras (le llaman multicanal, que funciona mil veces mejor). Hace como 8 años, más o menos, mi aparato del implante coclear dejó de funcionar como cualquier aparato que no es para toda la vida. Mis únicas dos opciones eran: Re-implantación que sería abrirme medio cabeza para sacar el imán que tengo dentro de la cabeza y volver a poner uno más nuevo, y la otra opción era usar aparatos auditivos como cualquier mortal (los curvetas). ¿Ustedes qué creen? Pues claro que escogí la segunda opción por terror; apenas me platicaron mis papás hace pocos años que puede fallar el médico (del 1% al millón) y tener parálisis facial, o perdida de la vista del lado izquierdo, incluso matar algún nervio importante del cerebro… Really? Bye.
Mi sordera realmente la ha sufrido más mi mamá que yo, y me da sentimiento por ella únicamente. Hace poco se puso a llorar cuando se acordó que mi aparato del implante coclear no sirve porque antes yo podía escuchar a los pájaros cuando se metían en los árboles al anochecer, podía escuchar chocar las olas del mar, podía escuchar hasta las gotas caer del cielo cuando llovía. Ahora ya no puedo. Ya no puedo escuchar todo esto pero recuerdo perfectamente cómo se escuchaba, no se preocupen, no se sientan mal, no se agüiten, la memoria es lo mejor que tengo. Por el momento, ya sé cómo enfrentarme en la vida sin el aparato implante, tengo infinitos amigos que son increíbles que no se imaginan, tengo todo el amor de mis papás, tengo el apoyo de algunos de mi familia. Tengo empleo, tengo carro que tengo 5 años con él, es mi primer carro que pude comprar con el sueldo de mis primeros empleos, tengo una perrita de casi 4 años a la que amo tanto.
Mis otros sentidos se han agudizado para compensarlo, pues mi olfato se ha desarrollado rápidamente, memorizo y analizo lo que veo y puedo detectar expresiones que me dicen más que cualquier palabra. Por eso, la mayoría de las veces no tengo pelos en la lengua y las digo como tal.
En lo profesional, me he visto en la necesidad (además porque quise) buscar mi propia manera de trabajar en las oficinas inclusive trabajé varias veces como freelancer, lo cual me ha llevado a rodearme de personas que me entienden, me apoyan y me complementan. Los compañeros que conocí en las empresas, algunos se convirtieron en mis mejores amigos. Hasta en un trabajo conocí a Óscar Bernardo, ese hombre, se convirtió en la persona más importante de mi vida.
Bueno, después de más de 30 años de estudios, de pruebas fallidas con aparatos de alta tecnología con la esperanza de “poder escuchar” como una persona oyente, de tratamientos experimentales y/o alternativos, he aprendido, desde hace mucho, a aceptar mi hipoacusia como parte de mí, ya que la única persona que sabe lo que es vivir con ella, soy yo.
Me siento plenamente feliz con todo lo que tengo.
Les iré compartiendo poco a poco sobre esto. Además, después de todo tiene sus ventajas y beneficios.